martes, 26 de enero de 2016

NO HAY NINGÚN CAMBIO NI PROGRESO EN SU PROCLAMACIÓN



Con todos mis respeto, para usted y para el grupo que le apoya y se adhiere a sus afirmaciones. Usted y su grupo no presentan ningún cambio, porque un cambio es algo nuevo, y lo que usted transmite, ver aquí, aparte de no decir nada, es más de lo mismo. Quitar a unos para, usted y los suyos hacer lo mismo. Al pueblo hay que hablarle de cambios concretos, de garantizar las pensiones, de generar empleo, de afirmar la unidad territorial, de dar estabilidad económica, educativa y paz a la nación. ¿Habla usted de eso?

Porque lo que dice no es coherente ni soluciona ningún problema. Y porque lo que hay detrás son unas relaciones muy sospechosas que no auguran cambios, y menos progresistas. Si usted entiende por cambio prometer soluciones irrealizables, que muchos economistas de prestigios y competencia, no están de acuerdo y corroboran su utopía y hundimientos del sistema económico del país, ¿cómo es que usted se obstina en seguir defendiendo y proponiendo lo mismo? ¿Nos cree idiotas? Al parecer parece que eso es lo más razonable de concluir.

Puedo entender que muchas personas, quizás por su situación desesperante y sufrida, se agarren a sus falsas promesas, ilusionadas, como si de espejismos se tratara, en la esperanza de ver mejoradas su situación. Pero eso no se corresponde con la realidad, y usted lo sabe. Reamente, los está engañando. La economía no puede mejorar sin esfuerzo, renuncias, sobriedad y trabajo. Y el empleo no podrá crecer sin las mismas actitudes. Todo va relacionado. Y eso lo saben ustedes, que se aprovechan de los desesperados o sometidos por sus incontrolables e irracionales sentimientos de venganza u odios ideológicos.

La verdad, cuando está apoyada en la Verdad, valga la redundancia, no deja dudas, y busca la paz y la concordia. Es sembradora de justicia y de igualdades, y busca la redistribución de las riquezas y el bienestar para todos. Y eso brilla por su ausencia en su proclamación, y también en muchos de sus conocidos amigos. Espero que la verdad emerja y usted quede retratado, y si no es así, la verdad lo delatará tarde o temprano, tal y como está ocurriendo en otros países, al parecer muy amigos suyo.

viernes, 22 de enero de 2016

PROMESA NO EQUIVALE A COMPROMISO NI A VERDAD.



Las promesas son promesas, y una promesa, augurio, indicio o señal que hace esperar algún bien, según alguna de las significaciones del diccionario de la lengua española, es algo que se puede cumplir o no. Por lo tanto, estando al lado de todos los universitarios que se encuentran atrapados en ese laberinto financiero, ver aquí , y comprendiendo su situación, no puedo tampoco advertirle que una promesa es una promesa, y no se puede tomar decisiones sobre ella porque luego puedan quedarse no cumplidas.

Eso es construir sobre arena, y no sobre roca. Sabemos, y como estudiantes debemos saberlo incluso mejor, que los Bancos son entidades constituidas para ganar dinero. No son hermanitas de la caridad, y tienen que responder a sus accionistas, que también han depositado su dinero en ellos para multiplicarlos. Prometen bajo unas condiciones económicas que, debemos saber, son cambiantes y variables, y esa flexibilidad, determina la posibilidad de mantenerse o empeorar, como así parece haber sucedido. 

Ahora no pueden saltarse a la torera la responsabilidad contraída, ni tampoco llorar al papá Estado, pues los gobiernos están para administrar el dinero y la convivencia de todos, y para guardar el orden y la disciplina haciendo justicia. No podemos hacer culpables a nuestros gobernantes de nuestros errores y equivocaciones ni tampoco pedirle soluciones.

Eso sí, podemos exigirles administrar justicia, pero eso no significa que nos exima de lo que nosotros mismos, personas adultas y con uso de razón, hacemos y nos responsabilizamos. ¿O es qué no sabíamos a qué nos comprometíamos?  ¿Acaso nos creemos todo lo que nos digan y prometan? ¿No conocíamos las condiciones exactas del crédito?  ¿Cómo es posible que ellos, los Bancos, puedan exigir el pago del crédito? ¿Tienen derecho a ello?  ¿Cómo nos dejamos engañar? Realmente algo parece fallar en este asunto, o mala información, negligencia, o más de lo mismo. Volvemos a los eres y a depositar nuestra confianza en promesas y promesas.

Esa falta de responsabilidad y conocimiento les deja muy mal. Otra cosa sería pedir mediación para conseguir facilidades favorables para poder cumplirlas. Y de probarse la intención de engañar, pedir justicia y castigo para los Bancos.

Por eso debemos tener muy en cuenta las promesas que se nos hacen. En estos momentos, algunos podrían aprovechar esta oportunidad para prometer soluciones y condonarlos de esta deuda, pero sepan que eso tiene un precio, que luego, aunque sea prometido gratis, cobrará su valor. ¡Cuidado con los populistas!, que aprovecha las circunstancias para prometer lo que no es real ni se puede cumplir. 

Y todo con la intención de apoderarse del poder para luego manejarlo a su antojo. Esto es lo que ha ocurrido en estos momentos en nuestro país. Los errores y egoísmos de algunos han dejado una estela de corrupción que ha manchado a todos, y todos estamos pagando esas irresponsabilidades y ambiciones. Pero otros, quizás más ambicioso y egoístas, las están aprovechando para apoderarse del botín, llámese Estado, y convertirlo en un cortijo propio.

Aprendamos de nuestros errores y no cerremos los ojos a la realidad. Tenemos que ser responsables y el país, los países, no los levantan unos cuantos, sino que se levantan con el esfuerzo de todos. Un esfuerzo que pasa por la justicia, por el trabajo, la honradez, la verdad y la colaboración de todos.

sábado, 2 de enero de 2016

JUGANDO CON NUESTRA DEMOCRACIA




La experiencia de la vida nos demuestra que las cosas buenas, entendiendo por buenas, el bien común, la justicia y los derechos humanos, la libertad y el respeto a la dignidad humana, cuestan mucho conseguirlas y sostenerlas, pero perderlas es cosa muy fácil. En España está pasando algo de eso en estos últimos años.

Nos preceden unos hombres que han sabido renunciar a su propio protagonismo, para dar estabilidad y clima de paz a un país que lo necesitaba para crecer en justicia, igualdad, economía y paz. Y lo ha hecho ese país que se llama España.

Hoy no parece que existan esos hombres, como los de hace unos años, que tengan la madurez y la sabiduría necesaria para saber discernir donde está el bien común de todos los españoles y el país. Faltan líderes que sepan liderar lo que realmente se necesita. Personas que sepan anteponer a sus apetencias y egoísmos el bien común y la unidad de España.

Porque sólo un país que sepa sostenerse en la unidad, en la justicia e igualdad, el reparto económico y la honradez y verdad, sabrá encontrar el camino de la convivencia y la paz. Los pueblos que matan, no sólo la vida, sino los valores que defienden los derechos y la paz; la solidaridad y la fraternidad; el amor y la verdad, son los que viven y se mantienen firmes.

Como creyente no puedo sino decirlo. Ser responsable y saber donde puedo depositar mi voto según estos valores, y rezar mucho para que el Espíritu Santo ilumine a aquellos que tengan buena voluntad.



FELIZ AÑO 2016


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