viernes, 21 de febrero de 2014

NO VEO SOLUCIONES



Echas un vistazo al panorama que te rodea y, aparentemente, las cosas marchan. Se habla mucho de promesas, de valores, de respeto y de libertad, pero luego aterrizas en la vida de cada día y eso no se refleja en el vivir cotidiano. Hay muchas mentiras e hipocresía porque los valores no se viven, ni se educa ni se respetan.

La libertad es una falacia y creo que ni se entiende lo que es, pues para muchos, al menos eso es lo que viven y lo que creen, consiste en hacer lo que les apetece y les interesa, de tal forma que sus intereses priman ante el bien común y el derecho de los demás. Todos los días vemos las calles convertidas en altavoces que protestan, pero que fastidian a los que no protestan y trabajan.

Y sucede que la justicia no hace justicia, ni las leyes sirven para hacer justicia y respetar el derecho de unos y otros. Unos no pagan y otros no cobran. Los unos tienen derecho pero los otros también. ¿Y quién paga para que otros cobren? Algo no cuadra y algo va mal. Se debería pagar y cobrar. 

Pero lo que pienso al final de todo esto es que lo que falla es la familia. Si no hay familia no hay educación, no hay respeto, no hay leyes, ni justicia, ni libertad... Los pueblos se vuelven ingobernables y la convivencia se hace imposible. Es la película que veo todos los días en la calle.

La familia es la célula de la sociedad, y si la célula enferma, enferma todo el cuerpo.

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