lunes, 10 de diciembre de 2012

SIGNO DE DUDA

 

Hay cosas que cuando las miramos bien y las reflexionamos esconde un grave significado. Significado que luego se hace visible en el trascurso de nuestra vida. Son las llamadas incoherencias en nuestras vidas y que, algunas, pasan por ella sin llamar la atención y sin prestarle el más mínimo cuidado.

Luego, después, los errores ya madurados y hecho callos, son difíciles de solucionar y de asumirlos en muchos casos a lo largo de la vida. Quisiera hoy fijarme en uno muy gordo que descubre claramente que la palabra dada no es asumida en todo su significado y amplitud.

Los signos señalan hasta que punto estamos diciendo verdad o comprometidos con la palabra que damos. Es decir, descubren medias verdades que, más tarde, luego dicen lo que son, es decir, mentiras. Y es que no se entiende como dos personas, hombre y mujer, después de un noviazgo prudente y suficiente para conocerse, si lo han aprovechado en ese sentido, llegado el momento de decidir unir sus vidas en santo matrimonio por la Iglesia, concretan que sus bienes no entran en esa unión.

¡Nos casamos, sí, pero hacemos separación de bienes! Si la confianza no ha llegado a compartir todo, bienes y no bienes, defectos, imperfecciones (porque no somos perfectos), enfermedad, salud...etc., esas señales o signos, como se quieran interpretar, son fogones de desconfianza y desunión. Delante de los hombres y de la Iglesia pueden engañar, pero delante del invitado por excelencia, nuestro Señor Jesús, la mentira sigue patente, y la farsa anula verdaderamente el matrimonio, al menos así me parece interpretarlo yo.

Porque cuando nos casamos nos casamos con todo, bueno y malo. Y si no estamos dispuestos a ello, aunque nos casemos, no lo  estamos porque hemos mentido. Por supuesto, hablo del matrimonio eclesial, porque el civil lo admite estando previamente de acuerdo.

Es un signo de duda y desconfianza comprometerse y unirse en santo matrimonio, incluso comulgar y celebrar con Eucaristía, para luego, por si acaso, no unir sus bienes. Hay una unidad condicionada a otras cosas que no casamos. No me parece bien.

¿Qué les parece a ustedes?


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