domingo, 3 de enero de 2010

CAMBIO EL MEDIO EN LA MEDIDA QUE YO CAMBIO.


Si observo que lo que me rodea está deteriorándose y cada día mi casa del mundo está más vieja y enferma, debo reaccionar y cuidarme de que esto no ocurra y, sobre todo, de poner todos los medios a mi alcance para mejorarla y protegerla. Todo lo creado está puesto en función de la vida, y de forma especial, del hombre, para que él lo administre y lo emplee en el bien de todos y para el bien de todos.

La paz depende de que todo lo que está a nuestro alrededor sea respetado y cuidado. La vida será cuidada y respetada si todo lo que está creado para ella es tomado en función de ella y al servicio de ella. De modo que, cuando se vulnera la vida, se está vulnerando la naturaleza que la envuelve y la desarrolla.

Los problemas que se derivan de fenómenos como el cambio climático, la desertificación, el deterioro y la pérdida de productividad de amplias zonas agrícolas, la contaminación de los ríos y de las capas acuíferas, la pérdida de la biodiversidad, el aumento de sucesos naturales extremos, la deforestación de las áreas ecuatoriales y tropicales...etc.

El creciente fenómeno de los llamados prófugos ambientales, personas que debe abandonar el ambiente en que viven a causa de su deterioro, para afrontar los peligros y las incógnitas de un desplazamiento forzado, los conflictos actuales, y ante otros potenciales, relacionados con el acceso a los recursos naturales...

Todas éstas son cuestiones que tienen una repercusión profunda en el ejercicio de los derechos humanos como, por ejemplo, el derecho a la vida, a la alimentación, a la salud y al desarrollo. Y todas éstas cuestiones inciden directamente en muchas decisiones que afectan a la concepción de la vida, al respeto a la libertad, a la educación y...

El hombre y la mujer, huéspedes de un mundo equilibrado, suficiente y abastecido de todo lo necesario para que el ser vivo se desarrolle y viva en paz, se ve alterado por la mano de su único administrador, el hombre, para resentirse y resquebrajarse vulnerando sus derechos y delinquiendo sus principios morales y éticos.

La indiferencia y la mirada egoísta hacia la solidaridad y fraternidad entre los hombres, ha distorsionado el encargo de dominar la tierra, de cultivarla y guardarla, y de esta manera ha surgido el enfrentamiento de unos y otros por el poseer, tener, acaparar, poder y administrar en mi propio bien y egoísmo.

Todo ello ha desembocado en una arbitrariedad egoísta que provoca hambre, limites, migración, guerras, esclavitud, sometimientos, muertes...etc. El ser humano se ha dejado dominar por el egoísmo, perdiendo el sentido del mandato de DIOS, y en su relación con la creación se ha comportado como explotador, queriendo ejercer sobre ella un dominio absoluto.

El verdadero sentido del mandato original de DIOS, dice Benedicto XVI, no consistía en una simple concesión de autoridad, sino más bien en una llamada a la responsabilidad. Todo lo que existe pertenece a DIOS, que lo ha confiado a los hombres, pero no para que dispongan arbitrariamente de ello.

Cuando el hombre, en vez de desempeñar su papel de colaborador de DIOS, lo suplanta, termina provocando la rebelión de la naturaleza, más bien tiranizada que gobernada por él. Las situaciones de crisis por las que atraviesa la Humanidad obligan a un modo de vivir caracterizado por la sobriedad y la solidaridad. Y esa es nuestra responsabilidad.

Cada vez se ve con mayor claridad, continúa Benedicto XVI, que el tema del deterioro ambiental cuestiona los comportamientos de cada uno de nosotros, los estilos de vida y los modelos de consumo y producción actualmente dominantes, con frecuencia insostenibles desde el punto de vista social, ambiental e incluso económico.

Ha llegado el momento en que resulta indispensable un cambio de mentalidad efectivo, que lleve a todos a adoptar nuevos estilos de vida. La Iglesia tiene una responsabilidad respecto a la creación y se siente en el deber de ejercerla también en el ámbito público, para defender la tierra, el agua y el aire, dones de DIOS Creador para todos.

Y sobre todo para proteger al hombre frente al peligro de la destrucción de sí mismo. En efecto, la degradación de la naturaleza está estrechamente relacionada con la cultura que modela la convivencia humana.

No se puede pedir a los jóvenes que respeten el medio ambiente, si no se les ayuda en la familia y en la sociedad a respetarse a sí mismos: "el libro de la naturaleza es único, tanto en lo que concierne al ambiente como a la ética personal, familiar y social.

1 comentario:

rara calma dijo...

Salvador, que Dios en su inmenso amor inunde tu vida de paz, felicidad y armonía y que los días de este año los disfrutes a pleno. Que cada día lo vivas como si fuera una ocasión especial llena de hermosos momentos únicos. Te deseo un 2010 lleno de nuevos proyectos y de sueños hechos realidad! un abrazo!

Bendiciones!

Yo soy otro tú

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