sábado, 28 de junio de 2008

VEINTE KILOS POR FAMILIAS


El padre Ramón Navarro, también comboniano, llegó la semana pasada de la provincia de Sidamo, a 400 kilómetros al sur de Addis Abeba, en una de las zonas donde con más incidencia se está desarrollando la hambruna. Tiene una larga experiencia de trabajo en Etiopía, de casi 30 años. "Cuenta que la causa principal de esta situación es la sequía". La gente ha perdido sus cosechas, por la sequía y también por alguna granizada que ha azotado los cultivos.

El Gobierno ha estado cortando la luz un día sí y otro no, porque las presas donde se genera la luz están sin agua. Todo ello contribuye a que la situación sea muy precaria, y esto hace que los meses que vienen, que es cuando se debería sembrar, la gente se va a encontrar sin comida. Se habla de millones de afectados según las cifras de Unicef, pero el Gobierno lo niega y dice que no llegan a cien mil. Yo lo que he visto, comenta el padre Navarro, es que hay muchas zonas en las que se está pasando hambre, y en las que se está distribuyendo comida muy racionada a las familias, unos 20 kilos de granos por familia. Son familias que tienen bastantes hijos; una familia normal tiene siete u ocho hijos.

El encargado de repartir la comida es el Gobierno, ayudado por algunas ONG y por la Iglesia católica. Sobre todo las monjas de la Madre Teresa, que son las encargadas de los centros de reparto. El padre Navarro habla de causas naturales: "se trata de sequías periódicas, por el clima". La guerra lo que ha hecho es que el Gobierno concentre sus fuerzas en otra cosa que no sea atender a quienes pasan hambre, y tampoco le interesa que se dé a conocer mucho esta situación.

Es intolerable que se produzcan estas cosas. Se anteponen los intereses partidistas de algunos a el bien de la persona humana. ¿Que sería de este mundo sin el valor de la persona humana? Por que no van a pretender que son ustedes, socialistas, comunistas, populares, convergencia, partido gallego...etc. los que han elevado a la categoría digna, por encima de todo lo demás, la persona humana. Hace ya, 2008 años, nuestro SEÑOR JESUCRISTO, muriendo por nosotros, proclamó el valor supremo de la persona humana y la igualdad entre los hombres. De forma, que un etiope, de los que a diario mueren de hambre, son en dignidad iguales que cualquier persona de los partidos antes nombrados y de todos los que faltan.

No se puede entender que enarbolen la bandera de la igualdad, señora Aido, la bandera de la libertad, los derechos humanos, y, mientras, otros con el mismos derecho a ser iguales, a ser libres, a ser tratados dignamente, se pudran y mueran en la más indigencia de las miserias ante la pasividad e indiferencia de sus iguales. Iguales en el papel, pero desiguales en el trato. Y el que trata mal a otros, nunca podrá tratar bien a nadie, sólo, y mientras mantenga interés, la persona en cuestión, le será respectado, entre comillas, sus derechos. En cuanto el motivo del interés desaparezca, desaparecerá el respeto, la igualdad y la dignidad.

Y esto no hace falta demostrarlo, pues lo vemos con claridad meridiana en cuanto terminan un período electoral. En el comienzo se prometen el oro y el moro, luego se dará lo que se pueda priorizando mis intereses ante que los de los demás. ¿Es que se puede considerar la guerra prioritaria a la persona humana? Ahora me explico que si se deja morir a personas que se ven, mucho más desapercibido pasa el matar a personas que todavía permanecen en el vientre de sus madres.

Todo tiene fácil explicación cuando se quiere ser sincero e ir de cara hacia la Verdad. Y, ¿que hacemos nosotros? Porque soy consciente que todo esto no vale para nada, si no hace que nos vayamos conciensando y moviéndonos a actuar. Y es que hay, y se pueden hacer muchas cosas. Primero, pensarnos mejor nuestro voto. Segundo, manifestar, donde quiera que estemos, nuestros pensamientos y posturas. Tercero, ir llenando la atmósfera en la que vivimos de criterios y actitudes que nos defiendan, porque en definitiva nosotros somos también personas humanas.

lunes, 23 de junio de 2008

VOLVERAN Y VOLVERAN, PERO...


Posiblemente no vuelva a repetirse de la misma forma, aunque nada se puede descartar. Ya ha habido muchos pasos atrás en las civilizaciones que nos han precedido. Hay épocas que caminamos para atrás como los cangrejos. Sin embargo, repetirse se repetirá, mejor, nunca ha dejado de repetirse, lo único que ahora empieza a sensibilizarse más.


Se desesperan y no resisten la paciencia cristiana, porque no quieren ver la diferencia de lo que es aceptado desde la fe en ALGUIEN, que vive y es el CREADOR, y de los que creen en el hombre, criatura limitada y creada.


Plácido y Emilia estaban casados y tenían 10 hijos. Una familia auténtica que vivía la fe en Barcelona, con el negocio de una panadería. En el año 1936 distintos milicianos registraron su casa en varias ocasiones y siempre salían apaciguados por la actitud bondadosa de la madre. Sin embargo, un día, el jueves 24 de septiembre, fiesta de la Virgen de la Merced, de improviso, se presentaron unos milicianos, a las seis de la mañana. Dijeron ser de la federación Anarquista Ibérica y tenían el encargo de llevarse a los hombres de la familia al Comité para que declarasen.


Estaban en la panadería los padres y varios hijos, miembros de la Federación de jóvenes Cristianos de Cataluña, y Teresa, la única chica que estaba en ese momento con ellos. Tres hijos y el padre, y un amigo, también de la Federación, que trabaja con ellos, tuvo que ir. Emilia les quiso acompañar. Al salir del coche, al haber llegado al supuesto Comité, fueron tiroteados por la espalda.


Y no hace mucho tiempo de que esto haya pasado. Pero lo peor es que continúa pasando, aunque las forma son diferentes, pero las actitudes son las mismas. Ahora no se puede matar de forma impune y radical, pero se va cercenando y acosando con diversas presiones, y acorralamientos que terminas por sentirte obligado a claudicar y hacer lo que ellos quieran. Es la nueva forma de matar: no te quito la vida, pero si te quito tu libertad.


Para ellos da lo mismo que físicamente no existas o que, como persona, no seas libre. De una u otra forma tú no cuentas, y te conviertes en un instrumento para ellos, destinado a servirles y a obedecerles. Es otra de las nuevas formas de esclavizar.


Y, mientras, el pueblo permanece impasible, ensimismado y entretenido en ver si España gana el Campeonato Europeo de selecciones o si este fin de semana lo puedo pasar tan bien o mejor que el pasado y... etc. A nuestro alrededor se van sucediendo fusilamientos como los de Plácido y Emilia, dichosos ellos que han muerto por nuestro SEÑOR JESUCRISTO, no de forma cruenta, pero si de forma letal y de muerte: matan la libertad y quieren matar el alma.


Pero no entienden, están ciegos y no ven, que los cristianos, con sustantivo propio, cuentan con AQUEL que es dueño de la vida y vencedor de la muerte. Con AQUEL que, ya nos advirtió que tuviésemos cuidado con aquellos que pueden matar el alma, no el cuerpo. Y en esto quiero pararme. Hoy es más peligroso que ayer, porque han reparado que matando el cuerpo no consiguen nada y, ahora, aprendida la lección, se centran en matar el alma. Es mas costoso, se necesita tiempo y paciencia, pero es más eficaz.


Sin embargo, sí el SEÑOR no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; sí el SEÑOR no guarda la ciudad, en vanos vigilan los centinelas. No hay nada que hacer por mucho que quieran y se propongan, porque estamos con el SEÑOR, constructor del Mundo y guardador de toda ciudad y pueblo. Cielo y tierra pasarán, pero mis palabras no pasaran, nos dice el SEÑOR.


Por lo tanto, nuestra aportación como iglesia, porque la Iglesia somos nosotros, a la sociedad española no es otra que seguir pronunciando esas palabras imperecederas, que se concretan en la proclamación del Evangelio, en la celebración de los sacramentos y en el servicio de la caridad.


Y jamás cesaremos de gritar y de defender, a pesar de perder nuestro cuerpo o nuestra libertad, porque nunca, nunca, perderemos nuestra vida, que está llamada a permanecer en plenitud eterna en la presencia del CREADOR, nuestro PADRE DIOS.


Y es que nuestra lucha no es una batalla, es un destino, un camino, un peregrinar cargando con nuestra cruz: incomprensiones, totalitarismos, violencias, ceguera, egoísmos, vanidad, soberbia... etc. hasta llegar a la Casa del PADRE.

sábado, 21 de junio de 2008

TRAS LAS APARIENCIAS, BUSCAN LA GUERRA


Observando la realidad que me rodea debo confesar, no sin antes sentir que me da miedo, que lo que está ocurriendo en nuestra país, y también en todo occidente, es producto de una venganza irracional y un ajuste de cuenta que todavía no ha cicatrizado. Yo no tengo experiencia del pasado bélico de nuestra guerra, pero si, ahora, leo los acontecimientos que se sucedieron y lo que pasó. Y me parece estar viendo los mismos síntomas de lo que ahora está ocurriendo.

No se puede entender que se estén contradiciendo de una forma brutal y sensible, a la luz de todos, y se pierda la vergüenza de querer convertir lo blanco en negro. Todavía más, la obsesión es tan grande que no les importa hablar hoy de libertad y mañana impedirla y seccionarla. Es algo que ambula por lo irracional, incoherente y disparatado. Diría que de psicópatas se trata.

Habrá que derramar mucha tinta y más aún sangre, porque no parece algo fundamentado en principios que puedan sostenerse, sino más bien apoyados en una inmadurez irracional e infantil adormecida en un pasado resentido y disparatado. Y llego a esta conclusión porque no se entiende que se defienda la libertad y se practique el totalitarismo. Y no hace falte demostrarlo porque a la vista está: ¿que es, si no, educación para la ciudadanía?

Se produce una agresión al cristianismo que se manifiesta en la pretensión de concebir la religiosidad como una dimensión privada de la persona, que el Estado se limita a tolerar fuera del ámbito de la vida pública. No se trata de un conflicto entre integristas y laicistas, sino de una cuestión de libertades personales y de intromisión del Estado en las conciencias (don Ignacio Sánchez Camara, filósofo y columnista, en Alfa y Omega nº 598). Y continúa: el cristianismo constituye el verdadero cimiento de la cultura europea y aporta los ingredientes de su concepción del mundo y de la vida. De tal forma que, allí donde no han influido los principios cristianos, la democracia y los derechos humanos arraigan con extrema dificultad.

La falta de esperanza no induce a depositar nuestro destino en este mundo como un fin y no como un medio. Este pensamiento, basado en la creencia del hombre como ser suficiente y capaz de realizar su propio proyecto sin necesidad de que nada le venga de afuera, termina en un rechazo a toda esperanza que esté por encima del propio hombre, y, en consecuencia se entra en un proceso típico, como comenta Juan Manuel de Prada, escritor, de secularización.

Y como todo hombre tiene que creer en algo, condición natural que prueba la limitación humana y nos demuestra que hay Alguien por encima del hombre, el hombre se inventa sus propios dioses. Nadie es ateo. Se puede no creer en DIOS, pero se cree en otra cosa. Luego, el hombre se hace idolatra y, en su búsqueda, se erige una nueva idolatría. En este tiempo, como dice Juan Manuel de Prada, se apoya en el progreso, la ciencia y la política. Ya dijo Saramajo que no entendía como el hombre todavía, ante tantos adelantos de la ciencia, creía en DIOS. Y, como todo los procesos idolátricos, acabará con la sociedad convertida en escombros.

Y, digo yo, no hace falta buscar ni afanarnos en demostrarlo, pues a la vista de todos vemos que rumbos lleva la sociedad, Europa, hacia la prosperidad y felicidad prometida por el hombre, capaz de todo y suficiente de su propio destino: guerras, asesinatos, familias desunidas, destrozadas, hijos sin padres, hombres con hombres, mujeres con mujeres, fabricas de hijos, desconfianza que me maten cuando sea una carga para los demás (eutanasia), abortos, esclavitud, inseguridad, vacío, muerte, corrupción, educación controlada, pero sobre todo sin esperanza y con un etiqueta de caducidad. Eso es lo único que te pueden ofrecer.

La Iglesia, por el contrario, ofrecen una labor inmensa muy fácil de demostrar. Sólo hay que ver un poco la historia para comprobar toda su labor ingente y social. La Iglesia y sus confesiones religiosas mantienen en España 5.141 centros de enseñanza, lo que supone educación para casi un millón de alumnos y un ahorro para el Estado, aproximadamente, de tres millones de euros por centro y año; tiene a su cargo 107 hospitales (50 millones de euros ahorrados por hospital y año); entre ambulatorios, dispensarios, asilos, centros para minusválidos, enfermos terminales de sida y atención a otros desheredados de la fortuna, dependen de la Iglesia 1.004 centros, o sea 51.234 camas (4 millones de euros ahorrados por centro y año). Cáritas, la ONG verdadera, gasta al año 155 millones de euros, y Manos Unidas, 43. Sus centros de reeducación social (toxicómanos, expresidiarios, prostitutas) atienden a 53.140 personas. Orfanatos hay 937, con 10.835 niños. Además la Iglesia mantiene el 80% de su patrimonio artístico para que los exquisitos podamos seguir admirando nuestra historia. Esto es un breve resumen de lo que aporta la Iglesia a la sociedad española. ¡Quién da más! (Jorge Trías, abogado, de Alfa y Omega, nº 598).

Pero, aún siendo eso muy importante, no es lo más importante, Lo fundamental y el Misterio de nuestra FE es que creemos en la Resurrección y que aquí no acaba todo. Es entonces cuando nuestros sufrimientos, mortificaciones, nuestras alegrías y nuestras renuncias por amor para un mundo mejor tienen la recompensa de la plenitud eterna en la mayor de las mayores felicidad, la única y grande: permanecer para siempre gozando de la presencia de DIOS. Nuestra vida, pues no tiene etiqueta de finitud. No termina, continúa, ahora gloriosa delante de nuestro PADRE DIOS.

Por todo esto, no entiendo a estos señores y, empiezo a pensar que, como Mercedes Salisachs, en Alfa y Omega, tengo la impresión de estar viviendo los mismos ataques a la religión católica que sufrimos, yo, por mi edad no pude sufrirlos, pero los conozco por mi familia y la historia, en los años 30. La diferencia consiste, continúa, en que, en aquella época, era un acoso declarado y cabía el derecho a reaccionar. Hoy los ataques son solapados, por eso esta reflexión y el título de la misma, se esconden en actos que parecen inofensivos, pero son letales. Y con frecuencia se vale de silencios que deberían ser gritos. La libertad de la que se alardea es un mito.

No hay libertad, se nos obliga a todo y el pueblo absorto en el divertimento, en el placer inmediato, en la comodidad, en los derechos sin saber de donde nos vienen y quien nos lo ha dado, en las falsas promesas, en la mentira, pues ellos mismos comprueban la utopía de sus promesas, en las desesperanzas, en la confusión ,como en Babel, en la educación dirigida y controlada por el papá Estado, y en el sin sentido de ver como aquí se acaba todo, permiten ser dirigidos y manipulados. Se cumple: "tienen oídos y no oyen; tienen vista y no ven; tienen lengua y no hablan". Son los dioses de los que dicen no creer en el único CREADOR Absoluto e Infinito, pero si creen en las criaturas finitas como ellos. Me parece absurdo, porque para tener un dios, que sea poderoso y el más grande. DIOS sólo hay uno: el SEÑOR revelado en su HIJO JESUCRISTO.

domingo, 15 de junio de 2008

Basta querer y querer

El hambre no es una fatalidad irreversible. Para acabar con ella basta querer y querer e inmediatamente pasar a distribuir racional y equitativamente los recursos. Recursos que son de todos y para todos, y que se los han apropiados unos cuantos. ¡Ese es el problema!


No hay ningún otro problema en nuestro mundo, sino que unos impiden a otros que puedan alimentarse y comer, e incluso, se permiten la indiferencia de reunirse para ponerse a pensar sí les ayudan o no. Y mientras, nos pasamos el tiempo hablando de justicia, solidaridad, libertad y más cosas, pero no dejamos que los demás puedan desarrollarse y calmar su sed. ¿Quien nos ha nombrado dueños y señores de los recursos que el mundo nos regala? ¿Hay alguien que puede legítimamente demostrar que el mundo y sus recursos son de él y para él?


Seamos sensatos y pensemos que los problemas existentes son ocasionados por nosotros y nuestros propios egoísmos. Los sistemas productivos están a menudo condicionados por limitaciones estructurales, por políticas proteccionistas y por fenómenos especulativos que relegan a poblaciones enteras a los márgenes de los procesos de desarrollo.



Benedicto XVI, a través de su Secretaria de Estado, el cardenal Bertone, hizo llegar esta reflexión a la Cumbre de la FAO, que ha congregado en Roma, estos días, a numerosos jefes de Estados y primeros Ministros de todo el mundo. El resultado de la llamada Cumbre del Hambre ha sido un intolerable y rotundo fracaso. Ni siquiera han sido capaces de hacer frente a las más trágicas emergencias. Creen que con hablar de crisis de alimentos quedan justificados sus fracasos.


Y no faltaran justificaciones demagógicas para justificar lo injustificable. ¡No señores, no, no se puede justificar nada! Son ustedes responsables de todo lo que pasa y seguirá pasando, porque para eso están ahí y han sido elegidos libremente porque, también, libremente se han presentado. Son ustedes quienes tienen que solucionar estos problemas que tienen soluciones: repartan los bienes; eduquen y enseñen, con un desarrollo centrado en la persona humana, a crear sus propios bienes; sean solidarios y justos. Hay recursos más que suficientes.


No hay nada que discutir ni más tiempo que perder. Sólo hay que querer y querer, y ponerse manos a la obra. Sean personas honestas y justas y dejen a un lado sus rivalidades egoístas, vanidosas, de ambición, de suficiencia, de poder y de soberbia y miren para los que nada tienen y esperan una palabra que les lleve el ansiado alimento y la deseada paz. Los ciudadanos nos pondremos muy contentos y les estaremos siempre agradecidos.


Hagan que todos nos sintamos satisfechos de nuestros gobernantes y de sabernos dirigidos por personas sensatas, honestas, justas y sinceras que buscan el bien común por encima de cualquier bien personal.


viernes, 13 de junio de 2008

¡SOLIDARIDAD!



Estamos en la época de "protéstalo todo", o dicho de otra forma, rebelate contra todo lo que no satisface tus intereses o tus apetencias. Son los pecados de época, o, las también llamadas, modas de épocas. Todo se discute; todo se rebate; todo está en entre dicho; no hay nada verdadero, pues todo depende de como yo lo entienda y me apetezca.


Es la cultura del relativismo donde se impone mi verdad ante la Verdad. Nada me viene dado, sino que yo proyecto e invento mi verdad y por esa me rijo. Es la época de las multiculturas donde todo está en tela de juicio. No hay nada cierto, sino todo es según tú o yo, de tal manera, que se defiende con gran ahinco los atropellos a los camiones, medios de transportes, y al atentado a un camionero, quemado en su propio camión, como se deja en la indiferencia de muchos el atropello a la libertad de educar a tus propio hijos, o la muerte de un ser indefenso, que por tan indefenso, no es visible, ni nadie lo conoce ni lo puede ver como es el feto. En su caso no tiene defensa ninguna, menos que los condenados por asesinato y terrorismo; no tiene derecho ni a un abogado de oficio, no puede hablar ni decir: ¡estoy vivo!


Es la época de la cultura de la muerte por imposición: malos tratos, terrorismo, abortos, eutanasia... etc. Es la época de la cultura de la búsqueda: nuevas tecnologías, nuevos adelantos en la medicina, industria, ocio... etc. Es la época de la cultura del hombre: rey y dueño de todo lo que le rodea, dueño de su propio destino, ser suficiente para dirigir su vida, ser inteligente capaz de responder a sus propios interrogantes... etc. Es la época de la multicultura, como antes señalábamos, donde todo se busca, se pregunta, se interpela y se trata de dar una respuesta inmediata, porque lo importante es vivir y la vida no espera, se acaba.


Y, también, es la época de la oscuridad, eso se me ocurre a mí decirlo, porque creo que lo que está pasando responde a eso: "oscuridad y ceguera". Nada más allá de la realidad comprobar que lo más importante no se busca ni se pregunta. Nada más allá de la realidad, que lo que verdaderamente interesa al hombre no se aborda, ni se le hace frente: "la cultura de la vida". Me refiero a la lucha de la vida contra la muerte. ¿Por qué buscamos tanto otras cosas y no nos preguntamos que ocurre después de nuestra muerte? ¡Por qué tanto afán en atesorar bienes y poder, si en unos cuantos años todo termina y aquí se queda?


Me pregunto cuando veremos manifestaciones que reivindique los valores y derechos a la vida, a la libertad digna que lleva intrínsecamente la Verdad, a la educación elegida y libre, al respeto y a la solidaridad del bien común. Me pueden decir que las hay, y afirmo que sí, las hay, pero muchas llevan soterradamente intenciones partidistas, oportunismo político y otras intenciones. Debemos aprender a jugar limpio, con transparencia y rectitud sincera. Otra serie de valores que debemos reivindicar. Y no basta que cada uno lo piense por separado, es necesario pensarlo juntos y juntos manifestarlos.


No puedo dar otra respuesta, sino en la que creo es la única y verdadera solución a todos los males, que el hombre, de espalda a ÉL, se ha creado y sigue creándose: DIOS. DIOS busca al hombre y cada ser humano es una historia de amor, dijo monseñor Juan Esquerda Bifet, de la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma (Aquí y Ahora, Alfa y Omega). Esto es algo común a todas las culturas. La fe cristiana es compatible con todas las culturas porque las trasciende, ya que no es un producto del hombre, sino de DIOS. No destruye ninguna cultura, sino que la eleva, pues la Gracia de DIOS no destruye la naturaleza, sino que la transforma.


Aquí, nos encontramos en el principio del diálogo entre fe y cultura. Todo diálogo parte de una premisa verdadera: JESUCRISTO, puesto que ÉL mismo se presenta como la VERDAD: "quien no está CONMIGO, está contra MÍ". El diálogo debe ser claro y respetar a la persona, lo que no significa respetar las ideas si van en contra de JESUCRISTO. El amor y la verdad tienen una relación intrínseca. De esta manera, la verdadera inculturación es capaz de impregnar el Evangelio al resto de las culturas sin someter a ninguna.


Y para que haya una evangelización por parte de la Iglesia Universal, ésta tiene que empezar por la misión de la Iglesia particular. Para ello, la conversión individual es imprescindible, para que el SEÑOR transforme a la persona y ésta a la sociedad. Hoy, como alertó el cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid, vivimos en una sociedad de mayores, en la que los jóvenes escasean, una cuestión que viene de la negación del amor matrimonial, y cuando se niega éste, se niega todo. Se hace pues necesario y urgente la defensa de la familia, pues en ella donde descansan los pilares de nuestra sociedad.












jueves, 12 de junio de 2008

LOS VALORES SIEMPRE SON LO PRIMERO


Está fuera de duda que los valores son, por propia naturaleza y ley natural, lo primero que el hombre debe buscar y a lo que está llamado. Es de buen gusto buscar la Verdad, es más, todos los hombres están obligados moralmente a buscar la Verdad. Es obvio que nadie quiera permanecer en el error, pues sería algo contra natura, ni tampoco el Estado va a poner una ley que prohiba permanecer en error, pues todo ser humano es libre para permanecer en la verdad o en la mentira que él determina como su verdad. Por eso, aún equivocados, todo ser humano busca la Verdad y quiere para sí la auténtica Verdad. Es la inclinación lógica y natural.




Ahora, la Verdad está intrínsecamente unida a la libertad. Ambas están ligadas, de forma que no se puede ser libre sino en la Verdad. Otra razón de peso para afirmar que para estar en la Verdad, bien supremo que busca toda persona, hay que ser libre. Sin libertad no hay Verdad, y sin Verdad no hay libertad. "la verdad nos hará libre" (Jn 8, 32).




La Verdad no puede ser mi verdad, la que yo entiendo y hago para mí, pues somos humanos y egoístas y facílmente razonamos inclinados para nuestros propios intereses. Somos esclavos de nuestras propias apetencias: soberbia, orgullo, ambición, vanidad, poder, placeres, comodidades, riquezas, concupiscencias... etc. en resumen de nuestro propio egoísmo. La Verdad nos viene revelada por DIOS que busca nuestro bien personal y común, y a poco que reflexionemos unos segundos, nos daremos cuenta que nuestro propio bien coincide con el de nuestro PADRE DIOS.




Tenemos, pues, derecho a buscar la Verdad y a ser libres para ello. Y ahí entran los partidos políticos del color que sean. Se ha de buscar primero los valores auténticos, por encima de todo. Y eso implica una defensa firme y decidida a manifestarlo sin miedo y sin menoscabo de temer a perder votos. Pues por encima de todo están los valores, y lo que le debe importar a un partido no es el deseo de subir al poder, sino de poder gobernar para el bien común de todos. Y el bien común es buscar la Verdad y ponerla en practica.




Sin miedos ni temores: prohibir el aborto; es un atentado contra la vida, nadie quiere morir y matar no es bueno. Defendamos a los indefensos como me gustaría que me defendieran a mí. De la misma forma, la eutanasia. Defendamos el derecho a la libertad religiosa. defendamos el derecho a la protección de la familia. Pidamos el 2,5 % del PIB, la media de lo que se invierte en la Unión Europea. Defendamos el derecho a la libertad de la educación... etc.




No se puede servir a la política, para servirme de ella, y servir a DIOS al mismo tiempo. O se está con DIOS o se está contra ÉL. El partido es un medio, no un fin para el cumplimiento del Mandamiento del amor: el bien común. Una fe que no se hace cultura, que no se convierte en estilo de vida, es una fe no plenamente acogida, no totalmente pensada, no fielmente vivida. El creyente es alguien que se ha encontrado con JESUCRISTO, se ha enamorado de ÉL y siente pasión por ÉL. Por eso toda persona que experimenta este encuentro es una persona transformada, donde quiera que se encuentre, alguien que ha experimentado un cambio radical en su vida. Alguien que ya no puede vivir sin CRISTO, como vivía antes. Quien ha experimentado una conversión profunda ya no puede mirar con sus propios ojos, sino con los ojos de CRISTO.




Antes de político, partidista, se es creyente en ALGUIEN. Sólo así se puede llegar a evangelizar y transformar el ambiente en el que se vive, es decir, "puede convertirse en creador de cultura", porque cultura es un ideal de perfeccionamiento. La cultura, en palabras de Monseñor Duque Jaramillo, es todo y sólo aquello que ayuda a que la persona sea plenamente humana.

domingo, 1 de junio de 2008

LAICO NO ES LAICISMO

¿Que es lo que pasa en este país?; ¿se confunden las cosas? Al parecer eso parece, porque cada vez la confusión es enorme. A mi entender hay varios planos superpuestos que no guardan relación unos con otros. En primer lugar están los de arriba; los de arriba son los primeros, los que gobiernan, los que están donde se toman decisiones y se influye en las direcciones por las que se dirige la conducta, tanto económica, como política, educativa y de relaciones. Su situación es plus, como ahora se denomina, y sólo les preocupa mantenerla.


En el otro escalón están los del medio. Están tranquilos porque gozan de una situación, estable en cierta medida, y de muy buenos privilegios. ¡Vamos, son los que, ellos mismo se lo dicen, viven bien! Sus necesidades primordiales están cubiertas; sus hijos estudian; poseen sus buenos coches y mantienen un cierto nivel bastante aceptable.


En un escalón, más abajo, están los que no tienen las cuentas muy claras. Estos no ven las cosas tan bien como los del inmediato escalón superior. Su economía no la tienen muy clara y se las ven y desean para llegar al final del mes con cierta holgura. Viven apretados y privandose para subsistir los treinta días, pero no hacen más. Su meta es llegar al final y mejorar como les sea posible. Se agarran al del escalón más inmediato en la primera ocasión que tengan, y si es del primer escalón con más razón todavía. Están dispuestos para trepar sea como sea, incluso a pasar por encima del vecino, compañero de fatiga de ayer, pero hoy te dejo y me voy a los escalones más inmediato. Esto se llama soborno, venderse, insolidario, corrupción... etc. y muchas cosas más.


Al final están los de siempre. Los pobres, los que por mucho que echen cuenta no llegan ni a mitad de mes. Su situación es desesperante, de supervivencia, de caos. Son los sin derechos, sin dignidad, sin importancia, sin nada. Son los que obedecen y a los que los de arriba dirigen de un lado para otro como si de marionetas se tratara. Son la base de la masa. Son los que por ser los más indefenso necesitan de ALGUIEN que venga a salvarlos.


Pues bien, este es el panorama tipo de cualquier nación o pueblo, porque no ocurre solo en España. Y es aquí donde los que están arriba lanzan sus redes y pescan según este el mar. Ahora tratan de confundir laico con laicismo. Y los de abajo tragan lo que le echen. Claro unos entretenido en vivir bien: coche, buen fin de semana, deporte, televisión, partidos, sexo... etc; otros, los del escalón inmediato inferior, afanados en querer hacer lo que hacen los del escalón inmediato superior: más trabajo para vivir como el de arriba, más esfuerzo para sentirme bien y vivir bien. Y los pobres no tienen derecho ni a pensar. Nadie les escucha. No pueden levantar su voz. Apenas tienen fuerza. Tampoco saben que hacer; no tienen preparación ni están formados. Toda su vida la han dedicado a la lucha por la supervivencia. Son los más pobres.


Así el panorama, oyen que ahora hay que ser laico, y laico es ir contra todo tipo de religión que nos quieran imponer. Hay que, pues, dejar de ser religioso porque ya hemos estado mucho tiempo siéndolo y ahora toca ser laico.


Pues muy bien, señores políticos, porque, no sólo los del gobierno sino todos están implicados en lo mismo ya que si no levantan su voz es porque otorgan o están de acuerdo, o, simplemente, tienen miedo a perder sus privilegios. Todos son partidos partidistas que sólo luchan por sus ideologías interesadas, no por el bien común, no por el bien de hacer, o tratar de hacer, coincidir a todos en el mismo escalón.


Sin embargo, hay que decir que ¡ojala fuésemos laico!, porque ser laico es, según el Sr. Jiménez Lozano, y yo estoy muy de acuerdo con él, algo neutro, no está tintado por ninguna ideología; el laicismo está impregnado por cierto tinte antirreligioso. ¡Ojalá España fuera un país laico. Un Estado no debe meterse en lo que piensa la gente.


Ya ven, si somos un estado laico, porqué no nos dejan ser laicos. Sepan ustedes que yo, que me confieso creyente católico, soy laico, sinónimo de seglar, es lo mismo. Y, ¿es que ustedes no lo saben? ¿Por qué confunden a los que no les importa, a los que no lo saben y a los que ni lo entienden? ¿Por qué no explican las cosas claras y les dicen que en este país no se es libre, porque no nos dejan ser lo que proclaman sino lo que quieren y les interesan. ¿Por qué no le dicen que ustedes tienen otro dios que, no proponen, sino que obligan a obedecer: el Estado. O dicho de otro modo: ustedes mismos.


Como dice en El Mundo, Fernando del Rey: una estrategia de Gobierno no se construye mirando sólo a complacer el bolsillo de los ciudadanos, perforando túneles, levantando hospitales o bajando impuestos, esa son las añadiduras, agrego yo según palabras de nuestro SEÑOR JESÚS. Los ciudadanos, continua Fernando del Rey, quieren algo más, bastante más. Sin grandes principios, sin ideas, sin ideas, sin valores y sin imaginación, la Historia demuestra que más tarde o más temprano toda opción política está condenada a desaparecer. En términos del hombre de fe, diría: toda opción que no tenga a DIOS como referencia está condenada al fracaso y muerte.


¡CATALUÑA!

Siempre he sentido una predilección y adicción especial al F.C. Barcelona. No sé realmente como fue mi elección, pero deduzco que cuando pequeño la fama de Kubala influyo mucho. También, que mis amigos de aquella época eran del Madrid y yo, por mi propia manera de ser, elegí el eterno rival por aquello de la competitividad y el juego. Yo apuesto por este y tú por el otro. Y este contexto fui creciendo. Era la época de la escucha, cuando hacia buen tiempo y podías, de los aparatos de radio cuadrado como cajones. Recuerdo que mi padre tenía uno que daría lo que pudiese por tenerlo. ¡Cuantas horas pasé junto aquel cacharrito con la oreja pegada oyendo las paradas de Ramallest o las galopadas de Tejada y los remates de Evaristo unas veces o Eulogio Martinez otras. Y que decir de la perla de aquel tiempo: Luis Suarez, el Laudrud, Platiní o Kaká de ahora. Kubala fue el remate. Aquella evasión de hungaros huyendo del telón de acero, invadío futbolisticamente el deporte español. A kubala se debe que Las Cort, el campo de aquella época, se hiciese pequeño. Tanto vivía mi equipo que pasaba todo los domingos bastante rato oyendo el carrusel deportivo de aquella época, y mientras lo oía, jugaba imaginando lo que haría Basora, kubala y otros para meter el gol que nos diera el partido que se jugaba en esos momentos. Recuerdo con mucho cariño aquellas alineaciones que no se te olvidan: Ramallest, Olivella, Rodri, Gracia, Segarra, Gensana, Tejada, Kubala, Evaristo, Suarez y Czibor. Fue una de las alineaciones tipo. Luego entrarían también los Eulogios Martínez, Koscis, Villaverde, Foncho, el malogrado Benitez, Sadurní, etc.




Sin embargo, los recuerdo de esa época han venido a mi memoria por otra razón más seria y vital. No entenderé nunca ese afán de egocentrismo y engreimiento de pretender aislarse y de enmarcarse como algo aparte y distinto. Desdice mucho de esas personas que, creyéndose más que otros, hablan de derechos, libertades y no respetan los derechos y libertades de otros. Desdice mucho de esas personas que, ansiando ser grandes y poderosas, queriendo ser conocidas, populares, queridas, admiradas e importantes, hacen todo lo contrario para ser repudiadas, antipáticas, antipopulares, desechadas, no queridas, no admiradas e indiferentes ante los demás. Porque sí quieres ser conocido y querido debes de abrirte, darte a conocer, acoger a los de fuera, facilitar su integración, mostrarte y ofrecerte.


He de confesar que muchas veces he querido desvincularme de mis sentimientos infantiles hacia Barcelona, deportivamente hablando. Su afán de encerrarse en una lengua que exiben, no con el orgullo de ser un medio para expresar sus peculiaridades y singularidades, sino con el afán de imponerla y pretender que todo el mundo hable catalán. Sus pretensiones de querer separarse de su vinculación histórica a un Estado del que forman parte con la sola pretensión de ser ellos algo diferente y distinto de los demás. Una cosa es reivindicar su autonomía y sus derechos y otra es insolidarizarse con sus vecinos e integrantes de un Estado único histórico. ¡A donde vamos?



¡No, ese no es el camino! Hay que pensar en los demás y desterrar todo pasado y toda clase de complejos históricos. Hay que buscar tus propias raíces, pero sin apartarte de tu raíz central que forma parte de tu historia. Hay que construir en aras del bien de todos. Y en eso se ve reflejada la trayectoria del propio equipo catalán. Tanto poder, tanta fuerza, tanto tener los mejores jugadores, para no conseguir nada, porque me dirán que títulos tienen. El Madrid, con menos medios, o los mismos si quieres, ha conseguido el doble, por lo menos en los títulos importantes. Y, ¡cuanto ridículo!, sólo recordar estas dos últimas ligas regaladas por desunión, soberbia, indisciplina, falta de humildad y de responsabilidad. Y es que, igual parece en la esfera política: soberbia, separatismo, superioridad, yo soy más, hasta el punto de querer considerar que el Barcelona no es un equipo español. Pues miren, amigos catalanes, con todo cariño, guardesen el gran equipo del Barcelona para ustedes solitos y lograran empequeñecerlo cada vez más porque por muy grande que sean, si no tienen el cariño, la afición y el aprecio de los de fuera sólo serán ustedes y de ahí no pasaran. Como ven, de querer ser grande, ustedes mismos van por el camino opuesto. No olviden que para ser los primeros, hay que tratar de ser los últimos. El ejemplo lo tienen en su último entrenador. Aún perdiendo todo, por su humildad y honestidad, salió por la puerta grande. Ser grande es aprender de todas estas cosas, Sr. Laporta y compañía.



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